¿Qué son y cómo afectan?
La anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y los trastornos por atracón son afecciones que se caracterizan por la adopción de conductas anómalas relativas a la alimentación y por la insatisfacción con la propia imagen corporal.
La persona que las padece come muy poco o compulsivamente hasta hartarse, vomita, hace ejercicio de manera exagerada, abusa de los laxantes o toma diuréticos, siempre con el deseo insatisfecho de estar delgada.
¿A quiénes afecta?
Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) afectan a más del 5% los adolescentes y jóvenes, pero también se producen en adultos.
Los causan una combinación de factores: biológicos, psicológicos y sociales que hacen que la persona llegue a perder el control sobre su cuerpo, su mente y su conducta.
Las personas que los padecen tienen la finalidad de adelgazarse pero nunca se ven lo bastante delgadas; se aíslan, se vuelven inseguras y tienen la autoestima baja, pero no reconocen que algo va mal.
¿Qué son y qué consecuencias tienen?
La anorexia nerviosa se caracteriza por seguir una dieta restrictiva con el deseo de llegar a un peso por debajo de lo normal y mantenerlo. Esta pérdida de peso al principio es voluntaria, pero después la persona afectada pierde el control sobre su cuerpo, su mente y su conducta.
La bulimia nerviosa se distingue de la anorexia por la adopción de conductas de purga: vómitos, exceso de ejercicio, utilización de laxantes, etc. Con la única finalidad de no aumentar de peso o perderlo.
El trastorno por atracón, en el que ingieren grandes cantidades de comida, tiene como consecuencia inmediata el sobrepeso, la obesidad y otros riegos asociados: diabetes, hipertensión, hipercolesterolemia, etc.
Todos estos TCA producen alteraciones biológicas y psicológicas importantes, y también ocasionan un grave proceso de desadaptación, que aísla a las personas que los sufren de sus amigos y amigas y altera seriamente sus relaciones con la familia.
La familia, que ve modificados sus hábitos y relaciones, sufre intensamente la enfermedad y como consecuencia tiende a la desorganización.
RECOMENDACIONES PARA EVITAR RIESGOS:
La autoimposición de dietas restrictivas y/ o peculiares de alimentación, así como la adhesión excesiva al estereotipo físico de estar delgado, son un grave peligro para la salud y una puerta de entrada a los trastornos de conducta alimentaria (TCA).
Para evitar el riesgo de los TCA son muy importantes los hábitos saludables en la alimentación: dietas completas, equilibradas, y variadas.
La anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y los trastornos por atracón son afecciones que se caracterizan por la adopción de conductas anómalas relativas a la alimentación y por la insatisfacción con la propia imagen corporal.
La persona que las padece come muy poco o compulsivamente hasta hartarse, vomita, hace ejercicio de manera exagerada, abusa de los laxantes o toma diuréticos, siempre con el deseo insatisfecho de estar delgada.
¿A quiénes afecta?
Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) afectan a más del 5% los adolescentes y jóvenes, pero también se producen en adultos.
Los causan una combinación de factores: biológicos, psicológicos y sociales que hacen que la persona llegue a perder el control sobre su cuerpo, su mente y su conducta.
Las personas que los padecen tienen la finalidad de adelgazarse pero nunca se ven lo bastante delgadas; se aíslan, se vuelven inseguras y tienen la autoestima baja, pero no reconocen que algo va mal.
¿Qué son y qué consecuencias tienen?
La anorexia nerviosa se caracteriza por seguir una dieta restrictiva con el deseo de llegar a un peso por debajo de lo normal y mantenerlo. Esta pérdida de peso al principio es voluntaria, pero después la persona afectada pierde el control sobre su cuerpo, su mente y su conducta.
La bulimia nerviosa se distingue de la anorexia por la adopción de conductas de purga: vómitos, exceso de ejercicio, utilización de laxantes, etc. Con la única finalidad de no aumentar de peso o perderlo.
El trastorno por atracón, en el que ingieren grandes cantidades de comida, tiene como consecuencia inmediata el sobrepeso, la obesidad y otros riegos asociados: diabetes, hipertensión, hipercolesterolemia, etc.
Todos estos TCA producen alteraciones biológicas y psicológicas importantes, y también ocasionan un grave proceso de desadaptación, que aísla a las personas que los sufren de sus amigos y amigas y altera seriamente sus relaciones con la familia.
La familia, que ve modificados sus hábitos y relaciones, sufre intensamente la enfermedad y como consecuencia tiende a la desorganización.
RECOMENDACIONES PARA EVITAR RIESGOS:
La autoimposición de dietas restrictivas y/ o peculiares de alimentación, así como la adhesión excesiva al estereotipo físico de estar delgado, son un grave peligro para la salud y una puerta de entrada a los trastornos de conducta alimentaria (TCA).
Para evitar el riesgo de los TCA son muy importantes los hábitos saludables en la alimentación: dietas completas, equilibradas, y variadas.
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